sábado, 5 de junio de 2010

Dias de reflexión

Dia 32: Si el odio cegó tus ojos, la vanidad te cosió los parpados con hebras de hierro. La facultad "por la cual y solo por la cual podemos comprender a lo demas en sus relaciones reales e ideales", estaba adormecida por tu estrecho egoismo, e inutilizable por la prolongada falta de uso. La imaginación estaba tan prisionera como yo. La vanidad había clausurado las ventanas y el nombre del guardian era el Odio.

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